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Excelente lugarcito con una atención de primera, comida riquísima y precios justos.
Hace varios años que venimos a almorzar con cierta frecuencia, y me sorprendió esta vez que demoraron en traernos algo para picar mientras esperábamos. Insistieron en que el pan no se cobra y por eso no lo traen, argumentando que no cobran cubiertos, lo cual figura con costo al final de la carta y de hecho lo cobran.... La comida ya no es de la misma calidad de antes, ni tan caliente al servirla. En resumen: solían destacarse por ser buenos, abundantes y con precios adecuados. Este lunes comprobamos que ya no es igual. Además, hay poco personal para atender un local tan grande.
El local está bárbaro, che.
Me trajeron una Coca-Cola en vaso con hielo sin la botella y me cobraron 195 pesos uruguayos ese vaso, comí una milanesa a la napolitana y no trajeron panera como hacen en la parrillada de la plaza Matriz. Me parece que tienen que informar que la Coca-Cola la sirven de esa forma porque no es higiénico. Lamento pero no voy a ir más.
Un sábado estaba lleno y obviamente la espera era previsible, pero no media hora para que nos atendieran (finalmente nos atendió otra persona que después pasó el pedido). Y luego otra media hora para que nos trajeran la comida. Pedimos una milanesa en dos panes, que me pareció caro porque no venía con porción de fritas, y un entrecot con fritas. El plato del entrecot parecía sucio de pimienta con UNA hoja de lechuga y UNA rodaja de tomate de "decoración". La milanesa era pan con milanesa porque los demás ingredientes brillaban por su ausencia. La mesa, "limpia", estaba toda pegajosa y en el piso lleno de papas fritas. Entiendo que la gente sea sucia, pero vienen otros clientes después, ¿no? Ni hablar de la mostaza chorreada en el pico de quién sabe cuántos años luz.
No somos de ir seguido, pero cada tanto damos una vuelta por ahí. ¡Qué placer!
UN DESASTRE TOTAL. NO RECOMIENDO PARA NADA VENIR. Arrancamos con que es un lugar ENORME que solo tiene 2 MOZOS. Primero queríamos tomar la merienda y tardaron un montón. La merienda deja bastante que desear comparada con otras cosas para picar. Tardaron con todo, en traerlo y después las tortas también. LO PEOR DE TODO, nos quedamos con hambre y pedimos una pizza y dos vasos de coca. La Coca Cola sin gas, deben estar usando las máquinas, cosa que han dejado de hacer en todos los restaurantes por el problema del agua en Uruguay. La pizza con trozos sobrantes de otra pizza, empezamos con el plato sucio, pelos, fría, con trozos quemados por abajo, y el queso chorreaba grasa. Un horror, plata mal gastada, me fui asqueada. Reclamé la pizza y me trajeron otra que tampoco estaba a la altura.
La comida está rica, los precios son de moderados a altos según lo que pidas, la porción está bien servida. No pedimos postre por el precio. Hay juegos para los peques, el lugar es amplio y tiene mucho potencial, falta arreglar un par de juegos y actualizar cosas muy viejas. En líneas generales, está bien.
Hola, casi siempre voy al restaurante y la última vez que fui se me manchó una remera nueva con la silla. La parte donde encastra al reposarse estaba oxidada. Le mostré a la moza pasando la mano para que viera que lo que largaba era de ahí, y ni siquiera se disculparon.
Vamo, vinimo con mi jermu a las 22 hs y cenamo a las 23:30, pedimo una birra cuando llegamo pensando que en 15 minutos ya tabamo cenando, 20 a lo sumo. Bueno, después de 1 hora 30 llegó el chivito para dos, la carne cruda, ni una rodaja de pan, puro tomate, aceituna y cuatro papas fritas locas alrededor del plato que hacían parecer que eran muchas pero era solo pa' decorar. La verdad estaba feo de sabor, la carne medio fría y cuando le pedimos una Coca, la trajeron después que ya habíamo terminao de cenar, al pepe, un desastre total.
Además, cuando llegamos ni un buen día, horrible atención, horrible la espera, horrible la comida, nunca más vuelvo a la pasiva. Y pensábamo en comer postre, olvidate, rajamo de ahí, la Coca se la dejamo de regalo, tomamo un vaso... todo un desastre. Y antes de este local fuimo al de Colón, subimo a la terraza, una moza sola pa' atender como 20 mesas, no fuimo de Guatemala a Guatepeor. No recomiendo para nada, la excusa es que los planchado no quieren saber nada con la vida, jajaja, olvídate, no vuelvo nunca más. Sin decir que la lechuga vino tostadita, ¡Dios mío! ¿Qué estoy haciendo acá? Por Dios, nunca más, lo peor es que tengo que pagar por esto, qué bajón.
