Terranova - Piriápolis

Buen día. Ayer domingo, a las 14:00, pedimos un parrillín para dos personas que venía con una pizca de ensalada rusa y unas papas fritas. Le pedí claramente a la camarera que nos atendió muy bien que la carne NO estuviera seca, SÍ jugosa. Pasaron 20 minutos y trajo la comida, la dejó y al minuto preguntó si todo estaba bien, apenas la habíamos visto. La bandeja traía un chorizo, una morcilla, 2 chinchulines, 2 puntitas pequeñas y secas de carne, 2 trocitos finos de tira de asado y medio riñón. También 2 Coca-Colas de las más chiquitas y un agua Salus de medio litro. En total fueron $3.530 más $400 que mi hija quiso dejar de propina a la camarera. NO VOLVEREMOS.

Visitamos Terranova con la expectativa de vivir una experiencia agradable en Piriápolis, pero nos encontramos con una gran desilusión. El ambiente se siente pasado de moda, como si se hubiera quedado congelado en los años 90. La comida, en este caso el entrecot con una 'ensalada mixta', presentaba una falta de sabor evidente y una presentación muy pobre. La ensalada en particular fue vergonzosa. Las porciones eran ridículamente pequeñas y mal elaboradas, sobre todo considerando los precios elevados (uno de los peores lugares que visité en Uruguay y casualmente uno de los más caros). El servicio poco atento no hizo más que empeorar la experiencia. Como remate, pedí un café al final, el cual llegó completamente quemado. Además, la música y el olor general del lugar resultaron desagradables. Sin duda, es el peor lugar en el que he estado en Uruguay. Raras veces escribo reseñas tan negativas, me voy totalmente decepcionado. No lo recomendaría en absoluto y no tengo intenciones de regresar.

Estoy siendo re bondadoso con la calificación porque siempre apelo a que se tome como crítica constructiva y no destructiva. En nuestro caso fuimos 3 parejas con nuestros gurises y una abuela. El ambiente normal, nada de luces y brillos. El local estaba bastante lleno de gente, algo para destacar fue la velocidad con la que nos sirvieron, por suerte fue poca la espera y eso está muy bueno cuando vas un domingo a almorzar. La comida que pedimos fue tres menús infantiles, un plato de sorrentinos (que no escuché opiniones de quien lo comió), dos platos de tira de asado con ensalada mixta (muy escasa para el precio), dos porciones de vacío y una napolitana; las tres con papas fritas (nada grandes tampoco). Las bebidas eran todas chiquitas. Gastamos $6700 en total y lo único que sobró fue la carne cruda que a mí me gusta jugosa y a punto, pero eso estaba crudo. Creo que sería piola consultar los gustos cuando se trata de carne, porque no a todos les gusta de la misma forma y si no es de agrado, eso no le da buena calificación al local. La atención del mozo normal, una amabilidad poco forzada, pero bien.

Pedimos una milanesa para compartir por $1500, con un montón de papas fritas. La milanesa era chiquita, dura, vieja y demasiado condimentada. La bebida estaba servida en un vaso con poca efervescencia. Hace un año comimos rabas en este mismo lugar, tenían un sabor malísimo, estaban excesivamente saladas y condimentadas, nos cayeron muy pesadas. Definitivamente la calidad es muy mala, ¡no vamos a volver nunca más!

El servicio y el lugar estuvieron bien, pero la relación entre el precio y la calidad de la comida es tremenda. Los ravioles tenían una salsa de tomate con un poquito de carne picada que dijeron era boloñesa, y la cazuela estaba totalmente seca, como si fuera lo último que quedaba en la olla y sin nada de caldo. ¡No lo recomiendo para nada, che!

Fuimos a almorzar y pedimos dos promos de milanesas con jamón y queso acompañadas de papas fritas. Ambas promos tenían la milanesa cruda. La mesa tenía que tener cuidado porque se movía todo y había mucha probabilidad de que se te volcara el vaso. La atención fue bien dentro de todo.

Pedimos un menú del día a 630 pesos cada uno, yo pedí churrasco con papas (churrasco tierno y papas crocantes) y mi pareja se pidió merluza con ensaladas y papas, también nos trajo refresco y de postre helado o ensalada de fruta. La comida estaba espectacular, riquísimo todo, la atención fue de 10/10. Sin dudas volveremos pronto.

Un lugarcito re bien ubicado en Piriápolis. Esquina en la rambla, de frente al mar.

"Che, la milanga, ¡qué decirte! Re blandita, miga dura y fría. Poca comida pa' los precios que cobran. El restó todo helado, sin el aire prendido. Pura pinta y propaganda. El mozo, con mala onda y encima quería sacarnos la propina. Nos presionó como 15 minutos para que pidamos algo, un desastre. Ni una estrella se merecen. La bebida en jarra de medio litro, ¿viste qué chanta?"

¡Qué malo che!