Ristorante Gibellini - Col. Del Sacramento

¡Qué hermoso lugar familiar, che! Te quedás encantado con el lugar, la comida es excelente y el cocinero, ¡un capo total! La verdad que volvería mil veces, está más que recomendado. Quedé encantadísima, un manjar lo que cené, un espectáculo total. Me enamoré de ese lugar y sus dueños. ¡Muchas gracias por su atención, gracias gracias gracias!

Qué lindo lugar, che. Bien cálido y con esa onda típica italiana, ¿viste? La comida está de diez y el ambiente es de lo mejor. Cada vez que andamos por Colonia, no nos perdemos la chance de pasar por ahí. ¡Una joyita!

Gnocchi con salsa de autor, espectacular che! La atención de diez y todos los detalles cuidados al detalle. Un ambiente chiquito pero re reconfortante que te hace sentir como en la casa de la familia, divino.

Un rinconcito chico pero re lindo, con 3 mesas, rodeado de fotos con recuerdos. Ambiente tranquilo. La calidad de la comida es buena, pero en mi opinión un poco escasa. Los sorrentinos parecían raviolones y al plato de peceto le agregaría una lonja ya que venían dos pedazos de 0.5cm. El precio de la cerveza artesanal de 500cc a 180 me pareció caro. En resumen, relación entre precio - calidad - cantidad: elevado.

No volvería, che. La relación calidad-precio es re mala. Pedimos 3 platos de crepes y uno de ellos vino sin salsa, tuvimos que reclamar que le pusieran salsa. Los platos eran chiquitos, ¡un solo crepe por plato! El plato de ravioles era normal nomás.

Qué lindo lugarcito, chiquito y re agradable, en una esquina bien tranquila. La atención es de diez, la carta no es muy extensa, pero la comida está buenísima. El precio es re razonable.

Me encantó todo lo que ofrece Gibellini, ¡espectacular! La comida es exquisita y preparada al toque, la atención es de diez con recomendaciones del propio chef, los precios están re bien para la calidad top de sus productos. La próxima vez que pise Colonia, ¡seguro que vuelvo a disfrutar el precioso ambiente colonial!

Tenía buenos comentarios, hasta que fuimos. La comida estaba rica pero nada del otro mundo y no vale lo que cobran. Un lugarcito chiquito, con tres mesas, decorado con cosas muy viejas y un olor medio raro y fuerte. Probamos unos ñoquis con salsa muy ricos, y una crepa de 4 quesos normalita, como la que podría hacer en casa un lunes a la noche. De postre un budín de chocolate con demasiada crema, con una cremita de naranja que nunca apareció. La música estaba bien alta. Al pedir la cuenta nos dicen que solo aceptan efectivo, ningún medio electrónico. Lo que comimos, más una botella de merlot local y un agua con gas, 55 dólares. Caro, y lo peor es que no te avisan que no aceptan tarjetas en ningún lado, hasta que llega la cuenta. No lo recomiendo. No perdés nada especial o que no puedas probar en otro lugar. No vamos a volver. Se puede estacionar gratis en la puerta. Sobrevaluado, con pretensiones gourmet que no cumplen.

Un lugar que te transporta en el tiempo, de esos lugares que uno no quiere que se pierdan. Historia del cocinero, historia de la historia misma. La comida realizada por su dueño era una exquisitez. Sin dudas, un lugar que solo aquellos que valoramos el esfuerzo y la historia apreciaremos.

Qué lindo lugar, disfrutamos de una cena espectacular con pasta casera, vino uruguayo y un postre exquisito. La atención fue de diez y aunque no aceptan tarjeta, nos lo hicieron saber con tiempo y pudimos ir al cajero antes. Sin dudas, una cena para recordar en nuestra visita por Colonia.