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Excelente ambiente, comida exquisita y su atención sin palabras.
¡Qué genial, todo de diez, felicitaciones!
La comida re cara y mala, ¡una cosa de locos! Y para rematarla, el dueño se manda esta: si sos extranjero, te larga que la tarjeta uruguaya no le funca por culpa de que el gobierno uruguayo te devuelve el 18% de lo que pagás con esa máquina (y el local tiene que pagar impuestos por eso), así que te obliga a garpar con la máquina brasilera donde no tenés ese descuento. ¡Un abuso total!
La comida viene en porciones chicas y ni siquiera es tan buena para el precio, bastante cara, el lugar no está muy limpio. Al momento de pagar, a pesar de estar del lado uruguayo donde hay un 18% de descuento en tarjetas de crédito utilizadas en restaurantes, el dueño dijo que la máquina uruguaya estaba rota y solo se podía usar la brasileña, haciéndome pagar el monto total. Y todavía cobra en pesos en el menú, pero cobra en reales al pagar en la máquina brasileña.
