La Casa del Lago - Juan L. Lacaze

Un lugar re cheto para ir a comer. La atención es espectacular, los platos re bien hechos y presentados con todo el estilo.

¡Qué hermoso lugar, la comida es impecable, la atención es espectacular y los precios son justos! Definitivamente voy a volver cada vez que pase por Juan Lacaze. Los felicito ampliamente.

Arribamos a Juan Lacaze buscando la estación pa' cargar nafta y, en una pesquisa por Google Maps, dimos con algún lugar pa' almorzar. Así fue que topamos con La Casa Del Lago. Al llegar desde la calle, cuesta reconocer el sitio como un restorán, y es que no lo es. Es más bien una casa sobre una quina con un amplio patio-jardín interior que también tiene un pequeño lago con gansos. En el interior de la casa, toda adornada con cuadros, chiches y muebles de otra época, uno se encuentra con una pecera de al menos 1 metro de largo y 40 cm de alto al nivel del suelo, algo bien atractivo pa' los más pibes. El patio-jardín es espacioso, con varios árboles, sombra, macetitas con plantas y canteros. Hay mesitas con sillas en distintos rincones, los gansos y el gallo Bruno, la calidez y la atención que brindan junto a comidas con gustos caseros hicieron que nuestra experiencia al almuerzo se convirtiera en un lindo recuerdo de La Casita Del Lago en la ciudad de Juan L. Lacaze, Colonia, Uruguay.

Un lugarcito re ameno para almorzar un chivito bien rico. La atención de diez y el ambiente super cómodo.

Es un lugar precioso para comer en el verano. Te atienden de maravilla. La comida es muy generosa y no es caro. Quedamos re conformes y el espacio al aire libre es ideal para ir con los chiquilines.

La comida está demasiado rica, los precios son muy razonables y el lugar parece otro mundo, una completa tranquilidad, ¡qué barbaridad!

La comida está re que te mata, una carne que va como trompada con salsa de champiñones y papas fritas de primera, y de postre un massini de otro mundo. La atención es un lujo, re serviciales y buena onda, todo en un ambiente re familiar y campestre. Un patio enorme con árboles y hasta un laguito con patos y pececitos. Los precios están más que bien, re razonables.

Decepcionante, che. Llegamos a este lugarcito por las buenas opiniones que tenía en Google, y la verdad el lugar está bastante descuidado, bien sucio, en el baño de las minas no hay tapa en el trono, ni jabón ni toallas para secarte las manos. La comida nos pareció normal nomás y el precio es medio salado en relación a la calidad, pagamos en promedio $750 por adulto por milanesas con papas rústicas que son de paquete. Los postres son más baratos, y tienen bebidas de litro. La atención es bastante lenta, pero tienen una sola moza para todo el lugar, pobre.

Comida y postres todo casero, bien hechos y sabrosos, ¡qué rico todo!

Me re encantó. Re sencillo y re familiar. La anfitriona una persona divina, simpática y amiga. ¡Vamos a volver seguro, eh!