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Hace rato que no veía una Panadería con tan buenísima onda y delicias exquisitas, atención de pibes jóvenes que la rompen en lo que hacen y un trato genial con los clientes. La comida es re sofisticada, innovadora y sencilla, fresca y riquísima, la selección de panes es espectacular, la variedad de dulces increíble. La barra es lo más y la cava de vinos está de pelos. Es una lástima que el espacio afuera no esté habilitado, tendrían que arreglar eso rápido pero de forma amigable y piola. Los precios están bárbaros para lo que es la zona. Dos cosas para mejorar: el ruido es insoportable y el café merece una marca italiana de alta calidad. También el tema del estacionamiento es un lío pero se soluciona con paciencia. El encargado nos sacó una foto re piola y deberían buscar otra locación para ofrecer servicio de estacionamiento, sería lo más.
Panadería re bien ubicada con un servicio de primera y unas delicias para chuparse los dedos. Las empanadas de cordero son un golazo. Los postres, espectaculares. Lo único que podrían mejorar es la separación entre las mesas.
Qué lindo lugar, el ambiente es re acogedor y perfecto para pasar momentos piolas disfrutando de buena comida y una variedad de tragos y vinos. Recomendadísimo.
Hace rato que no veía una Panadería con tan buenísima onda y delicias exquisitas, atención de pibes jóvenes que la rompen en lo que hacen y un trato genial con los clientes. La comida es re sofisticada, innovadora y sencilla, fresca y riquísima, la selección de panes es espectacular, la variedad de dulces increíble. La barra es lo más y la cava de vinos está de pelos. Es una lástima que el espacio afuera no esté habilitado, tendrían que arreglar eso rápido pero de forma amigable y piola. Los precios están bárbaros para lo que es la zona. Dos cosas para mejorar: el ruido es insoportable y el café merece una marca italiana de alta calidad. También el tema del estacionamiento es un lío pero se soluciona con paciencia. El encargado nos sacó una foto re piola y deberían buscar otra locación para ofrecer servicio de estacionamiento, sería lo más.
Ubicado en una zona re piola, el interior es bien reservado y tranqui, la parte de afuera está buena, tienen estufas y frazadas por si refresca.
Comida rica y muy buena la variedá de tragos sin alcohol. Les recomiendo el provolone y las croquetas. El postre de caqui está de diez. Se destaca la buena onda de los pibes que atienden en la barra.
Una hermosa opción pa' compartir un almuerzo en la zona de Carrasco. El ambiente es re tranquilo y la atención es bárbara.
Dilema tiene un ambiente re lindo y ofrece comida riquísima. Éramos una mesa de 9 personas ubicados en el patio. Sin embargo el servicio tiene MUCHO para mejorar, che. Te atienden apurados y dos mozos te hablan sobrandote cuando pedías alguna recomendación. Cuando empezó a llover, nos vimos en la situación de tener que dejar el lugar, ya que no se nos proporcionó una alternativa o resguardo adecuado, ¡qué lío! A pesar de la buena comida y el ambiente agradable, esta experiencia fue un inconveniente que deberían mejorar en el futuro. Tuvimos que comer a las apuradas cuando vimos los truenos y ni te piden disculpas, al contrario, se te rien, ¡qué desubicados!
¡Una genial opción en Carrasco, che! Qué joya que hayan armado un local donde todo anda de diez. El ambiente, la decoración, la comida y el servicio son impecables. Por lo menos en esta ocasión nos fue de diez 😊🙂. ¡Seguro que volvemos!
Comida rica y muy buena la variedá de tragos sin alcohol. Les recomiendo el provolone y las croquetas. El postre de caqui está de diez. Se destaca la buena onda de los pibes que atienden en la barra.
Ubicado en una zona re piola, el interior es bien reservado y tranqui, la parte de afuera está buena, tienen estufas y frazadas por si refresca.
¡Una genial opción en Carrasco, che! Qué joya que hayan armado un local donde todo anda de diez. El ambiente, la decoración, la comida y el servicio son impecables. Por lo menos en esta ocasión nos fue de diez 😊🙂. ¡Seguro que volvemos!
Qué lindo lugar, el ambiente es re acogedor y perfecto para pasar momentos piolas disfrutando de buena comida y una variedad de tragos y vinos. Recomendadísimo.
Una hermosa opción pa' compartir un almuerzo en la zona de Carrasco. El ambiente es re tranquilo y la atención es bárbara.
Aguanta un cacho que te tienen la mesa reservada, y el recepcionista te recibe con una copa de champaña. ¡La casa está repleta de onda, con un ambiente único bajo su techo de madera original, lleno de mesas ovaladas de mármol verde amazonas y sillones bien coloridos! La comida es una delicia. El ruido es fuerte, buena música pero casi no se puede escuchar por todo el alboroto de la gente.
Aguanta un cacho que te tienen la mesa reservada, y el recepcionista te recibe con una copa de champaña. ¡La casa está repleta de onda, con un ambiente único bajo su techo de madera original, lleno de mesas ovaladas de mármol verde amazonas y sillones bien coloridos! La comida es una delicia. El ruido es fuerte, buena música pero casi no se puede escuchar por todo el alboroto de la gente.
Llegamos y nos atendieron re rápido, Pedimos como entrada empanadas de bondiola y carpaccio de peras (el que nos recomendó re fuertemente el mozo, haciéndonos cambiar lo que teníamos en mente pedir) al final nos gustó el plato pero no tanto la persistencia. Además, el plato vino incompleto, se lo señalamos y al toque lo arreglaron.
Dilema tiene un ambiente re lindo y ofrece comida riquísima. Éramos una mesa de 9 personas ubicados en el patio. Sin embargo el servicio tiene MUCHO para mejorar, che. Te atienden apurados y dos mozos te hablan sobrandote cuando pedías alguna recomendación. Cuando empezó a llover, nos vimos en la situación de tener que dejar el lugar, ya que no se nos proporcionó una alternativa o resguardo adecuado, ¡qué lío! A pesar de la buena comida y el ambiente agradable, esta experiencia fue un inconveniente que deberían mejorar en el futuro. Tuvimos que comer a las apuradas cuando vimos los truenos y ni te piden disculpas, al contrario, se te rien, ¡qué desubicados!
Panadería re bien ubicada con un servicio de primera y unas delicias para chuparse los dedos. Las empanadas de cordero son un golazo. Los postres, espectaculares. Lo único que podrían mejorar es la separación entre las mesas.
Llegamos y nos atendieron re rápido, Pedimos como entrada empanadas de bondiola y carpaccio de peras (el que nos recomendó re fuertemente el mozo, haciéndonos cambiar lo que teníamos en mente pedir) al final nos gustó el plato pero no tanto la persistencia. Además, el plato vino incompleto, se lo señalamos y al toque lo arreglaron.