Café Del Andén - Montevideo

El peor café, che! Re aguado y hecho sin ganas por una piba que me atendió, lo devolví y ni una disculpa me tiró. Encima venden café y no saben qué es un macchiato o un flat white. Es feo que te afanen la plata así, viste.

¡Qué barbaridad la atención, che! Muy amable, tanto en la presentación de los productos que venden como en la simpatía del trato. ¡Re contenta con ustedes, de verdad! 💖

Buena experiencia. Atención rápida y acorde. El precio del chocolate caliente $100, bien ajustado. La porción de budín no superaba los 2 cm de ancho $70. No ofrecen sándwiches sin algún tipo de jamón; no es apto para vegetarianos, lo único permitido es lo dulce o la pascualina.

Me tomé un expreso y la verdad que algo tan básico, dejó que desear. No me pusieron el vasito de agua. Sacaron las sillas y resulta incómodo. Las chicas atienden bien. Estaba sucio: polvo y mugre acumulada.

Lamentablemente, tengo que dejar una estrellita, porque realmente ni media pondría. Tuvimos una experiencia muy espantosa, llegamos del aeropuerto a la terminal luego de 2 semanas afuera de Uruguay y esperando el bus para volver a nuestros hogares en el interior. Desayunamos en otro local y compré aquí 6 scons fríos y 2 alfajores de Maicena por $420, los pagué sin problema. Después, mientras intentábamos resolver nuestro regreso, vino una empleada del local a acusarnos de que mis acompañantes (una amiga con su niño de 5 años) habían pedido un cappuccino y scons y se habían ido sin pagar, y que no era la primera vez. Estaba totalmente confundida, ya que mis acompañantes nunca se acercaron al lugar. Acusar de esa forma, como hizo Lourdes, es un delito. Le pedí que mostrara las imágenes de las cámaras para que viera que estaba acusando a gente de algo que nunca pasó con nosotros. Lourdes decía que esto ya había pasado varias veces, cuando acabábamos de llegar del extranjero y no vivimos ni frecuentamos la capital. Fue realmente horrible lo que pasó, nunca recibimos una disculpa, al contrario, seguían acusando sin probar la verdad de los hechos. Nos hicieron sentir muy mal, especialmente al niño de 5 años que no entendía nada, siendo señalado incluso por su corte de pelo al grito de "¡a ese nene también lo tengo registrado, eso no se hace!". ¡Una situación muy desagradable!

Está en el corazón de la terminal. Abre bien tempranito. Tiene un café riquísimo y una atención de diez. Podés pedir yerba ($) para cebar el mate y agua caliente para el termo. Los precios son accesibles y tiene una mesa con 6 sillitas fijas si querés tomarte algo ahí mismo.

Es re caro y ni en pedo vale la pena, todo es de rotisería y lo comés frío. Tardan una eternidad en atenderte. La mesa para comer es una sola y todos los asientos están pegados. No lo recomiendo, pero entiendo que no tienen casi competencia y todos los lugares de la terminal son medio pelo para abajo y unos chantas con los precios.