La cocina de Ana. - 25 De Agosto

Trabaja solo bajo reserva ya que la preparación es bien artesanal y varía según la ocasión. Los productos son de excelente calidad, muy diferentes a lo común. Una picada que te llena bastante si no la manejás con cuidado antes del plato principal, que también está bien servido. Es un hogar particular y típico del pueblo, no es para los pretenciosos, solo para quienes buscan experiencias diferentes y tranquilas. Muy recomendable.

El lugarcito es con reserva previa nomás, ya que Ana se prepara bien para recibirte con todo el cariño y unas preparaciones divinas. El lugar es re tranquilo, sencillo y se cuida cada detalle. Fuimos de paseo por el pueblo y disfrutamos de los murales re lindos. Nos pegamos una merienda opulenta y exquisita en familia. Relación calidad/precio de diez. ¡Super RECOMENDABLE!

Hermoso lugarcito, sencillo pero re contra acogedor, la comida: ¡riquísima! Fuimos a almorzar y nos encontramos con que la picada era abundante, variadísima y exquisita, el plato principal y el postre también estaban como para chuparse los dedos, y Ana una grosa, re simpática y atenta, nos mandó unos aperitivos de cortesía para probar. ¡Voy a volver pronto sin dudarlo!

Comida, atención, lugar y disponibilidad 5 estrellas. Mi hija quedó fascinada porque la ayudó en la cocina. Sin dudas la recomiendo, ¡una panadería increíble!

He ido en varias ocasiones y siempre nos ha sorprendido con el despliegue de menú, un lugar sin comparaciones, lo mejor que he probado. Por eso es indispensable hacer reserva. La atención de Ana es excelente y el ambiente es muy acogedor.

Un lugar increíble, la comida de Ana es exquisita. La picada es tan variada y rica que no sabés con qué quedarte.

Comida casera, tremenda, ambiente familiar, un paseo hermoso descubriendo rinconcitos de este país.

Ana te espera con una sonrisa y tranquilidad única. Es una genia en la elaboración de sus panificados (que son muchos) con un toque uruguayo único, de sabores que no encontrarás en otro lugar.

¡Qué rica la torta y qué atención más amable!

La cocina de Ana es una experiencia pa' disfrutar sin apuro, es un lugarcito sencillo, sin falsas pretensiones pero mágico, lleno de detalles creativos en el jardín que hacen que no puedas dejar de mirar. Ana nos recibió y nos mostró su cocina y pasamos a un comedor con una mesa preparada para nosotros. La comida casera estaba riquísima. Entre los muchos detalles del servicio, destacó que nos trajo una ollita con tuco y pan para mojar antes de servirnos los tallarines: ¡una exquisitez! Gracias Ana, volveremos y te recomendamos especialmente. ¡Qué linda experiencia culinaria vivimos!