Allegro Café (en Teatro Solís) - Montevideo

Ambiente re piola y cosas ricas para acompañar el café. En ciertos momentos (antes de una función, por ejemplo) se llena hasta las chapas.

Para arrancar, quiero comentar sobre la comida, me pedí un café con leche y un tostado, la comida estuvo bien y de calidad, pero el precio me parece alto y no acorde a la cantidad ofrecida.

Fui a tomar un café con un alfajor el domingo 4 de agosto de 2024 por la tarde sobre las 16.30. Después de un rato, vino un mozo con una actitud media fría y me trajo la cuenta sin que se la pidiera. Pagué y me quedé un rato más. El mozo volvió y me retiró la taza como si quisiera que me fuera rápido, a pesar de que había mesas disponibles. Me dio la sensación de que no le gustaba mi acento español o a los españoles en general. La xenofobia está en todos lados.

Qué lindo lugar, che! A partir de las 18 se pone re movido, pero igual se puede charlar tranqui. La red velvet estaba un poquito seca, pero el resto estaba bárbaro. Tienen unas promos re copadas.

Pedí una merienda para dos y en las bebidas calientes nos trajeron chocolate y pedimos café. Había que hacerle señas para que atendieran mientras conversaban los mozos.

El lugarcito está re piola y los gurises tienen buena vibra, pero hay unas cuantas cositas que se podrían mejorar sin meterse en grandes berenjenales.

El lugar es re espacioso y re lindo, limpio, ordenado y cómodo. Igual, aunque la comida está re rica, las porciones son re chiquitas para lo que sale.

El lugarcito estaba recontrabueno y las mozas se portaron de diez. La comida estaba espectacular y el precio era justo como para lo que uno esperaba.

Me tomé un doble espresso con una porción de Red Velvet, todo muy bueno che 👌🏻

Qué tal, che! La ubicación de esta cafetería es de primera, ¿no? Antes o después de pegarte una vuelta por el Teatro Solís, es un must visitarla. Está en un ala del mismo teatro, con un ambiente re piola, re amplio y unas vistas espectaculares hacia la ciudad vieja y la ciudad "nueva". El servicio es rapidito y muy amable. Y qué decir del café, ¡en pocillo o taza de cerámica como corresponde! Ya basta de usar vaso de papel y plástico, ¿no? ¡Una joyita de lugar!